Pongamos como ejemplo los sistemas de teleconferencias modernos que tienen una tecnología para seguir la imagen de la persona que esté hablando en el momento; a los trabajadores remotos, está tecnología les va a funcionar correctamente, pero aquellos que se encuentren presencialmente en una sala de reuniones rodeados de paneles de vidrio, van a notar como el sonido rebota de más en el ambiente, interfiriendo así con el funcionamiento de la tecnología.

Este ejemplo es sólo una pequeña prueba de la problemática a la que nos enfrentamos y que tiene su solución en el armado de la oficina, el manejo eficiente de sus materiales y la administración correcta del espacio. Esos son los elementos que deben adaptarse.

Una de las maneras en las que se pueden equiparar las experiencias de los trabajadores es transformando la disposición del mobiliario dentro del espacio de trabajo: Cambiar algunas de las hileras de escritorios por espacios de coworking para hacer florecer la colaboración. En conjunto con esto, brindar espacios privados de trabajo donde las personas puedan enfocarse puramente en sus tareas sin distracciones y también salas dedicadas a la colaboración con las personas que estén trabajando remotamente.